Como buena elfa de Aldrai ya desde pequeña Morgana empezó a experimentar con la magia. Durante sus viajes marítimos con sus padres entre las islas de Alderai aprovechaba para practicar pequeños hechizos que, debido a la edad que enconces tenía, su inexperiencia y poderío, resultaban inofensivos. Pero Morgana siguió creciendo y su poder con ella.
Siendo adolescente empezó a interesarse por la muerte y el más allá, cosa que acabó inclinando su afinidad por la escuela nigromántica hasta tal punto que dejó un poco las otras escuelas. Aprendió el abrazo sombrío, uno de los primeros y más básicos hechizos así como también el arte de moverse entre las sombras, otra de las fascetas básicas de un buen nigromante.
En uno de esos viajes marítimos Morgana oyó unos piratas que hablaban sobre lo que estaba pasando en otra parte de Farenhell, en Gormalak, donde supuestamente bestias demoníacas salían del Inframundo. Morgana no pudo reprimir su interés y se informó de tanto como pudo, aunque esos marineros contaban más habladurías que hechos contrastados. Ante esto y la infrenable curiosidad que sentía la nigromante recogió sus cosas y zarpó en el primer barco que tomaba rumbo a Gormalak, la Ciudad Negra.
Miniatura: Games Workshop (Warhammer Fantasy) - Elfa Silvana (Speallweaver)
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